Heridas emocionales, el rechazo – Concha Coves (coach transpersonal)

En el programa de crecimiento personal de hoy hablamos sobre las heridas emocionales, más concretamente sobre la herida del rechazo.

¿Qué son las heridas emocionales?

Las heridas emocionales son una lesión afectiva-emocional (podemos tener 1 o varias). Existen 5 tipos de heridas emocionales.

  1. La herida del rechazo

Se genera en la infancia. Y podemos llevarla durante toda nuestra vida, proyectándola a que vengan personas a nuestra vida que nos sigan rechazando.  Por ejemplo, un niño puede sentir que al pasar mucho tiempo con los abuelos, puede sentir que es rechazado por sus padres que pasan mucho tiempo trabajando.

Hemos podido vivir sucesos duros en la infancia, se suelen dar en las primeras etapas, porque no sabemos gestionar las emociones. A partir de aquí vamos generando una personalidad que marca cómo nos relacionamos con los demás.

Podemos sentirla incluso dentro del vientre materno. Podemos sentir el rechazo a nuestro amor y a nuestra propia persona. Normalmente es el rechazo de nuestros padres, o de nuestros cuidadores.

Muchas veces nos ponemos máscaras, para huir de ese sentimiento de rechazo, hacemos todo lo que quiere papa y mama, para conseguir que nos quieran, y empezamos tal vez, a ser como los demás quieren y a hacer lo que ellos quieren, es decir a ser de una determinada forma para que no nos rechacen, por ejemplo nuestros padres. De esta forma, se traslada a que luego nos comportamos así con el resto de personas, no solo con nuestros padres, con nuestros amigos o pareja, porque tenemos miedo al rechazo.

Al final se traduce en que no somos nosotros mismos, lo hacemos de manera inconsciente, nos ponemos esa máscara para protegernos, pero podemos perder nuestra identidad.

Nos volvemos personas que nos infravaloramos cuando tenemos esta herida, tenemos gran miedo a equivocarnos, porque si lo hacemos pensamos que nos pueden rechazar. Buscamos la aceptación, y que nos reconozcan, pero lo buscamos a un punto en el que complacemos en todo a las otras personas, perdiendo nuestro yo.

Puede llevarnos incluso a aislarnos, para evitar este rechazo.

La pregunta que hay que hacerse:

¿Me reconozco en esto?

Lo primero, darse cuenta, ver que tenemos esa herida y ver que está influyendo en mi vida, y en mis relaciones con los demás.

EJERCICIO

Cierra los ojos. Si has reconocido parte de esa herida de rechazo, te lo imagines y visualices esa parte tuya que generó ese rechazo, que le mires a los ojos y le digas : yo te amo y te acepto tal y como eres, eres una persona importante para mi, te valoro y te reconozco tal y como eres. Permítete ser tú, ser auténtica, tanto con tus fallas y tus aciertos. Permítete completamente ser tu.

Vas a abrazar a esa parte de ti, y a decirle que la valoras y la reconozcas, que ahora vas a estar acompañada. Y perdónate por todo lo que crees que has hecho o que no has hecho.

Abraza fuertemente esa parte tuya, y dile: todo paso ya, te amo. Estoy aquí contigo para siempre.

Y lo llevamos a nuestro corazón. Seguidamente realizamos una respiración profunda.