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COMUNIDAD VALENCIANA

Aquí siempre me van ayudar

today9 de marzo de 2022 36

Fondo
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Mujeres y niños refugiados se abrazan con sus familias de acogida en Valencia.

Entre lágrimas, miradas de alivio y desconcierto, abrazos y sonrisas, cuarenta mujeres y menores de edad han llegado este martes por la noche a Valencia desde Ucrania en el segundo autobús de refugiados fletado por la fundación Juntos por la Vida.

“Aquí siempre me van a ayudar”, ha asegurado Alona, de 16 años, tras reencontrarse con Cristina y Fernando, la familia con la que solía quedarse en verano en Valencia y que ahora se ha convertido en su nuevo hogar.

Los refugiados han superado el viaje con éxito desde que partieron de Ucrania, pasando por la frontera con Polonia donde están los voluntarios de la ONG, y han recibido una calurosa bienvenida en la Universitat Politècnica de Valencia (UPV) con el himno ucraniano y una cena de hermanamiento.

De los 52 que partieron, 12 se han quedado por el camino con otras familias de Alemania, Francia y Barcelona, mientras el resto vivirán en Valencia. Aproximadamente la mitad no tenía vínculo con la fundación y “se han subido al autobús porque es lo que había”, ha contado su vicepresidente, Jesús Rodríguez, recalcando que todos son familias o niños con tutores legales ya que ningún menor viaja solo.

El autobús, con el mismo característico estampado de cebra como el primero que llegó a Valencia en la madrugada del lunes, ha traído a mujeres, un anciano y muchos niños, algunos de ellos casi bebés. Como equipaje la mayoría prácticamente solo llevaba bolsas de ropa.

“HEMOS DEJADO TODO EN UCRANIA”

“Todos estábamos muy nerviosos porque hemos dejado todo en Ucrania: la casa, los hombres… y eso da mucho miedo”, ha explicado una emocionada Verónica, de 20 años, tras reencontrarse con su hermana biológica que vive en Valencia.

Tanto ella como Alona han mostrado el alivio que se siente al estar lejos de una guerra que no esperaban y han lamentado sentirse mal mientras sus conocidos pasan miedo. “Desde el 24 de febrero todo va mal”, ha constatado Verónica, quien ha reconocido que si no fuera por su hermana se quedaría allí.

Y es que, como ha señalado Alona, “otros no han tenido tanta suerte” al intentar salir de Ucrania, mientras estos 52 refugiados lo han hecho en un viaje “calmadito” y sin problemas en la frontera, a diferencia del primer bus que estuvo esperando 12 horas.

Su familia española de acogida, Cristina y Fernando, se han emocionado al reencontrarse con Alona, a la que ven en verano y Navidad desde los seis años, tras días de angustia porque las noticias cambiaban cada día. “La zona donde estaba ella era segura pero ahora ya está siendo bombardeada”, ha apuntado el padre.

Tras denunciar el “desastre” de los corredores humanitarios habilitados por el gobierno ruso, la madre ha animado a la acogida y a “que saquen a ese país del horror”. En su caso ha celebrado poder volver abrazar a Alona aunque tenga que ser así y no con el programa de verano en el que ya estaba pensando. “Por fin la tenemos aquí, es nuestra hija”, ha recalcado.

QUE LOS GOBIERNOS NO SE OLVIDEN

Pero como el conflicto no acaba aquí, Fernando ha hecho un llamamiento a que “los gobiernos no se olviden de Ucrania”. “Ahora todos estamos con la ola de solidaridad, pero aquello va para rato”, ha enfatizado.

Es algo en lo que continuará contribuyendo Juntos por la Vida, que espera la llegada de otros dos buses con más de cien refugiados para los próximos días mientras sus voluntarios trabajan “sin descanso”. “El gran problema no es traerlos, es dónde los llevamos”, ha recordado su vicepresidente, a la espera de que se habilite el centro de acogida anunciado en Alicante.

Esta ONG valenciana escoge a las familias de acogida entre los cientos de “valientes” que se han mostrado dispuestas. Eso sí, la selección no es tan exhausta como la de los niños para los programas de verano, sino que se centra en la capacidad económica y de espacio porque tienen que tener habitaciones para tres o cuatro personas.

Para los próximos días, la entidad cuenta con el ofrecimiento de empresas y algún ayuntamiento que se han mostrado dispuestos a pagar otros autobuses, mientras en la frontera con Polonia siete de sus voluntarios clasifican a las familias para sacarlas de allí. “Va a ser un no parar”, ha augurado su vicepresidente.

Escrito por Adm-TRD

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