Chanel triunfa en Eurovisión con un bronce que sabe a victoria

EBU / CORINNE CUMMING

España consigue su mejor resultado en 27 años. Mientras, Ucrania se hace con un triunfo que queda emborronado por el conflicto bélico con Rusia

DAVID GOZÁLVEZ | ALICANTE

España ha vuelto a Eurovisión por la puerta grande, con una candidatura cerrada, con una artista profesional y con una actuación que fue capaz de poner en pie al Pala Olímpico de Turín y a los millones de telespectadores que vieron anoche el festival. 

No es habitual ver a España en la parte izquierda del tablero eurovisivo, y mucho menos ver nuestra bandera en lo más alto, en plena lucha por el micrófono de cristal. Lo conseguido ayer por Chanel es un acontecimiento que con el tiempo sabremos valorar, y que quizás queda emborronado por la más que polémica victoria ucraniana de la que podríamos hablar largo y tendido. Geopolítica pura y dura. 

Con la siempre pesada etiqueta de favorita, Chanel y sus cinco bailarines hicieron vibrar a Europa con su Slo-Mo. Una performance digna de ganadora y una coreografía que probablemente es la mejor que ha pasado por el festival, sin exagerar. La papeleta no era fácil. España salía al escenario en décima posición, por detrás de los anfitriones y grandes favoritos Mahmood y Blanco, representantes italianos. 

Ha quedado más que demostrado que cuando un país se toma enserio Eurovisión los resultados llegan, y así fue con el huracán Chanel, que, tras su actuación, y conforme avanzaba el festival, iba mejorando las cuotas de las casas de apuestas para hacerse con el triunfo. Si hay que nombrar a una artífice del cambio radical de España en el festival, esa es sin duda Eva Mora. La nueva jefa de delegación tomó las riendas hace menos de un año para dar un vuelco de timón que ha dejado por el camino el proyecto del Benidorm-Fest, que ha llegado para quedarse.

Directamente proporcional a tomarse enserio el festival es el premio en audiencias. El que España fuera una de las candidatas al triunfo movilizó a los telespectadores para que Eurovisión 2022 haya sido el más visto de los últimos catorce años. 6,8 millones de espectadores de media vieron el festival, lo que significa una cuota de pantalla del 50,8%, el cuarto mejor registro de la historia. El pico se alcanzó durante las votaciones, donde la cifra aumentó hasta los 7,9 millones de espectadores, con un 61,3% de share.

Chanel: Mujer de récord para España

Además del histórico tercer puesto, mejor posición para España en 27 años tras la plata de Anabel Conde en Dublín 1995, Chanel Terrero fulminó algunos récords españoles que durante lustros permanecieron intactos. Fue en 2014 cuando Ruth Lorenzo hizo el último top10 para España. 8 años sin pisar la parte izquierda del tablero. 

Han sido 49 años los que han tenido que pasar para que alguien superara el puntaje obtenido por Mocedades en 1973. Y es que, hasta ayer, España era el país con la peor cifra de máximos puntos obtenidos en un festival. Tuvo que llegar Chanel para triplicar los 125 puntos obtenidos por los Uranga y dejar el pabellón en 459 puntos. Tampoco habíamos visto nunca que los jurados nos otorgaran más de 4 “doces” en una noche. La única que firmó esa cifra fue Betty Missiego en 1979. Han tenido que pasar 43 años para duplicar la cifra de máximas puntuaciones obtenidas en una misma gala, con los ocho “Twelve points” obtenidos por Chanel.

El voto estratégico y las suspicacias políticas, siempre presentes en Eurovisión

No es ningún secreto que, además de ser un festival de música, Eurovisión alberga un contenido político ineludible. No hay que ser un experto en geopolítica para saber que Chipre va a dar sus 12 a Grecia, que Serbia es la reina de los Balcanes, o que entre nórdicos siempre se echan un cable. 

¿Hasta qué punto le interesaba a la UER (Unión Europea de Radiodifusión) una victoria ucraniana? Podríamos pensar que poco, debido a la problemática que supondría celebrar el festival en un territorio asolado por un conflicto bélico

En este caso, más allá de los “vecinismos” de siempre, jugó una gran baza el factor de la invasión de Rusia a Ucrania. El televoto de volcó con Kalush Orchestra y su Stefania, canción dedicada a la madre de uno de los integrantes del grupo que supieron transformar en un canto a la madre patria Ucrania, azotada por los ataques rusos. 

Tan brutal fue el impacto causado por los ucranianos que, a pesar de obtener una discreta cuarta posición en el voto del jurado profesional, los televidentes de los 39 países participantes la consideraron como mínimo la tercera mejor canción de la noche, y 27 les dieron el 12, entre ellos España. Sólo el televoto de Serbia, que les premió con 7 puntos, les situó fuera de los tres primeros lugares.

Ucrania no es un país que pase de puntillas por el festival, y es que no es la primera vez que juegan la baza política. Ya en su último triunfo en el año 2016, Jamala cantaba a sus ancestros, aquellos tártaros que en 1944 fueron masacrados por la URSS. En esta ocasión, al terminar la actuación, el vocalista de los Kalush aprovechó para pedir ayuda para el batallón de Azov, unas palabras que generaron cierta controversia.

Ahora bien. ¿Hasta qué punto le interesaba a la UER (Unión Europea de Radiodifusión) una victoria ucraniana? Podríamos pensar que poco, debido a la problemática que supondría celebrar el festival en un territorio asolado por un conflicto bélico. Lo cierto es que desde el organismo tuvieron incluso que anular los votos de seis jurados profesionales en los que detectaron algunos “patrones de votación irregulares”. Estos fueron recalculados conforme a los resultados de otros países con registros de votación similares.

Pero aquí no terminan las sospechas. Sorprende mucho ver que para el jurado ucraniano la candidatura española fue ni más ni menos que la segunda peor valorada, sólo por detrás de Serbia. Mientras, nuestros hermanos del mediterráneo italianos fueron el único país de los cuarenta participantes que no otorgó ni un punto a Chanel. ¿Estrategia? Juzguen ustedes mismos.

Han tenido que pasar 43 años para duplicar la cifra de máximas puntuaciones obtenidas en una misma gala, con los ocho “Twelve points” obtenidos por Chanel

Finalmente Chanel fue tercera por detrás de Ucrania y Reino Unido. El cambio de dinámica de los británicos también es reseñable, han pasado de los sonrojantes zero points en el pasado festival a luchar por el trofeo, sumando a su palmarés otra medalla de plata que se convierte ya en la decimosexta. Son el país que más veces se ha quedado a las puertas de saborear el triunfo, y este año, de la mano de Sam Ryder y su Space Man, rozaron la gloria con la punta de los dedos.

Más allá del mal sabor de boca que dejan los tintes geopolíticos tras este festival, hemos de estar muy satisfechos con el trabajo realizado. La delegación española tiene otra cara, y la presencia de una marca consolidada como el Benidorm-Fest puede ser un atisbo de que habrá más casos como el de Chanel, para confirmar así, definitivamente, que España ha vuelto a tomarse enserio Eurovisión.