Sumérgete en la moda vintage: ¿por qué nos encanta tanto?

En los últimos años, y sobre todo en este año comandado por la pandemia de Covid-19, las tiendas vintage se han actualizado y han incorporado la venta online como principal método de compra. Si quieres saber más, quédate escuchar todos los detalles.

Cuando hablamos de ropa vintage nos estamos refiriendo a prendas que fueron realizadas, en años o décadas anteriores y que cobran valor con el tiempo. Una prenda vintage mantiene las características originales con que esa prenda u objeto fueron hechos: los textiles, terminaciones, la paleta de color y sobre todo la calidad usada para la confección en aquella época. Así es que una buena pieza vintage mantiene vigente el resplandor y el encanto de aquél momento en el que fue hecho, porque cuando uno compra vintage, no adquiere solamente ropa sino que también la historia y el contexto de donde viene.

¿Cómo nació la moda vintage?

 En Terreta Radio,  hemos realizado una pequeña investigación sobre los inicios de esta tendencia. Según informa la revista Marie Claire, todo empezó con un simple gorro de castor, de esos que usaban los pioneros y exploradores en el salvaje oeste. Corría el año 1955 y en Estados Unidos la serie de televisión Davy Crockett: King of the Wild Frontier enamoraba a los niños, que demandaban gorros de ese tipo para emular a su héroe favorito.

Los grandes almacenes empezaron a confeccionarlos a partir de abrigos de mapache antiguos, que tenían en stock. Estas prendas habían sido muy populares en los años 20 del pasado siglo entre la clase media-alta, como símbolo de su estatus y crecimiento.

Desempolvar estas pieles no solo benefició a los niños con espíritu aventurero, sino que le dio una idea a Sue Salzman, esposa de Stanley Salman, arquitecto acomodado que vivía en Nueva York. Sue empezó a comprar abrigos de mapache en tiendas para pobres o del Ejército de Salvación y los vendía en su piso del Greenwich Village, anunciándose en la prensa. Por aquel entonces nadie parecía interesado en esas antiguallas, pero la señora Salzman aparecía en la foto muy estilosa, con una pamela de fieltro de ala ancha y un collar largo. Una imagen que su marido calificó de “anuncio andante”. Por si fuera poco, la revista Glamour,en el verano de 1957, publicó un amplio artículo sobre la iniciativa de los Salzman, con su dirección y teléfono y los abrigos volaron. Ese mismo año vendieron 400 piezas, que anunciaban con calificativos como “magníficamente viejos” o “llenos de encantadores agujeros”. El aspecto polvoriento y desaliñado de las prendas, lejos de verse como un inconveniente era un valor añadido.

¿Por qué nos gusta tanto la ropa vintage?

Un factor a tener en cuenta es que la esencia principal que rodea el movimiento vintage es la nostalgia. “En los seres humanos existe una tendencia generalizada a volver la vista atrás y recuperar cosas del pasado”, nos cuenta la psicóloga Marta Morán. Las generaciones anteriores a los 80 y 90, que vivieron ese pasado que está reflejado en la moda vintage, están impulsadas hacia los recuerdos de épocas más sencillas, y en algunos casos, más felices, añade.

La situación tan compleja que estamos viviendo a causa de la pandemia provocada por el covid-19, nos ha afectado a un nivel muy personal. Y ello se puede observar también en las tendencias de moda del momento.

No podemos olvidar tampoco el papel tan importante que juega la exclusividad dentro de la moda, que como muchos otros artículos de consumo, está muy globalizada. La mayoría de artículos en tendencia se pueden encontrar en una variedad de marcas, sobre todo aquellas que son adquiridas en tiendas de masa. En ese sentido, la moda vintage aporta artículos que son únicos, o por lo menos no te puedes encontrar al cruzar la esquina, y otorgan ese sentimiento de originalidad y autenticidad. 

Por todo ello, la moda vintage se ha convertido en un movimiento esencial para el sector. Siendo un fenómeno que atrae a los consumidores porque nos hace sentir más cerca de una época que añoramos o que por el contrario, desearíamos haber conocido, y nos aporta un sentido de pertenencia, tan necesario a día de hoy.